El taller integrado “Arte y Salud Mental” nació en 2017 como espacio de exploración teatral y audiovisual para personas usuarias de los servicios de Salud Mental, interesadas en el lenguaje artístico. Se enmarca dentro del Programa “EncontARTE”, perteneciente a la Secretaría de Extensión de la Facultad de Arte (UNICEN) y es cogestionado junto con el SISP (Sistema Integrado de Salud Pública) del Municipio.

El punto de encuentro es el Teatro de la Confraternidad y cuenta con un equipo de coordinadores y coordinadoras integrado por Emiliano Alderete (educador y teatrista – estudiantes de la carrera de Teatro-Facultad de Arte) Julieta Escala, graduada de la carrera de RIAA  (Realización Integral de Artes Audiovisuales) y Nieves Mansilla, integrante del equipo de profesionales del SISP y coordinadora del proyecto “Quereme así, piantao”.

En esta oportunidad, conversamos con Julieta quien resume, en esta entrevista, la experiencia de ese espacio en permanente transformación.

¿Cómo se articuló esta propuesta?
Es un espacio que funciona en articulación con el SISP y, prioritariamente, está destinado a usuarios y usuarias del servicio de Salud Mental provenientes del ámbito público y privado, quienes llegan bajo la orientación de su profesional tratante. 
El taller promueve la actividad teatral y las artes audiovisuales. Ambas disciplinas fueron elegidas por favorecer el encuentro con los demás y con las posibilidades expresivas individuales, poniendo en valor el aporte de cada participante. Este doble juego nos permite explorar en el propio cuerpo, la subjetividad y sus emociones, pensarse y desarrollarse como sujetos creadores. 

¿Quiénes participan de la iniciativa?
Si bien es abierto a la comunidad, el espacio está destinado a personas que han pasado por el espacio terapéutico de Salud Mental y a quienes aún permanecen en tratamiento, ya sea porque utilizan los servicios psicoanalíticos y se atienden con profesionales o en algún momento los han utilizado y los profesionales que los atienden consideran que está bueno que realicen esta actividad.

¿Qué herramientas artísticas se ponen en juego y cómo se gesta el proceso creativo?
Las herramientas que utilizamos son el teatro y las artes audiovisuales. Si bien el taller está anclado en el teatro gradualmente ha sido intervenido con el lenguaje audiovisual.
El proceso creativo siempre va unido al proceso de afianzar los vínculos; los grupos van variando y siempre se suman nuevos, aunque hay personas que permanecen desde el principio. La vinculación es fundamental porque las personas que acuden necesitan sentirse cómodas y contenidas.  De ahí que las problemáticas que se ponen en juego varían de acuerdo con la composición del grupo. Desde el equipo de coordinación siempre hemos tratado de respetar y responder a las demandas que surgen a partir de este proceso.
Siempre el proceso creativo surge del grupo porque se trata de un proceso colectivo. En la primera etapa del año se genera el acercamiento, por eso siempre proponemos los juegos dramáticos para favorecer ese proceso de encuentro, promover la distensión e improvisación y ver de qué se trata el lenguaje teatral. Luego, los invitamos a incursionar en el mundo audiovisual, no desde sus aspectos técnicos sino desde el trabajo de exposición ante una cámara, lo que requiere un aprendizaje porque la cámara suele resultar un poco invasiva.
Durante la segunda mitad del año, nos enfocamos a producir algo en conjunto, trazamos objetivos comunes y pensamos en la producción para fin de año o fin del ciclo. Siempre trabajamos sobre temáticas que propone el grupo. Las necesidades que se plantean en sus demandas cambian al ritmo de sus integrantes, al igual que la energía grupal. Pero el resultado de lo que nace desde el proceso creativo está absolutamente identificado con las búsquedas artísticas del grupo.

¿Cómo afrontaron las restricciones sanitarias de la pandemia?
En 2020 no tuvimos la posibilidad de encontrarnos presencialmente, mantuvimos el contacto buscando otras alternativas. El taller suele arrancar a fines de marzo, justo en el momento que comenzaron a regir las restricciones del ASPO. Por otra parte, la posibilidad de reconvertirse a una modalidad virtual también se complicó porque muchos de los participantes no tienen acceso a Internet en sus casas o no cuentan con los dispositivos necesarios. En ese momento, desde el equipo, nos dedicamos también a realizar un trabajo de documentación de la experiencia que luego presentamos en algunos congresos. Durante la Semana de la Salud Mental participamos de varias exposiciones a nivel local y en el Congreso Nacional. Fue un gran aprendizaje y una hermosa oportunidad para fortalecer al equipo y compartir con otros la experiencia transitada en tantos años de trabajo.
Este año nos encontró más preparados para sortear esas dificultades. Logramos encontrarnos durante un mes y medio y acordamos que, en caso de suspensión de actividades presenciales, íbamos a darle continuidad de manera virtual, tal como lo hicimos durante parte de mayo y junio. La forma más fácil y accesible que hallamos fue la reunión por whatsapp y, aunque el grupo fluctuó de acuerdo a las posibilidades individuales de unirse, logramos una continuidad estable.
Retomar la presencialidad fue una especie de “volver a empezar”: nos concentramos en afianzar el grupo para asumir los compromisos que teníamos en el segundo semestre que siempre incluye la producción y elaboración de alguna obra.
Hemos logrado consolidar un grupo comprometido con la actividad, a pesar de los vaivenes impuestos por la pandemia. Ahora estamos trabajando mucho en el proyecto colectivo, ya más tranquilos por la posibilidad de la continuidad presencial.

El proyecto:
Arte y Salud forma parte de los distintos proyectos de encuentro territorial que impulsa la Facultad de Arte a través de sus diversas dependencias, en este caso su Secretaría de Extensión. Apuesta al diálogo de saberes, al intercambio y al enriquecimiento mutuo entre los distintos participantes del mismo, entre ellos docentes, referentes institucionales, comunidad destinataria. Es ésta una buena oportunidad para agradecer y abrazar a cada una de las personas que han sido parte de este proyecto a lo largo de todos estos años de vinculación.