Más resultados...
¿Ha sido necesario rescatar el arte en alguna ocasión? Sí, por supuesto, podríamos responder. Las obras de arte, en tanto que objetos materiales, han debido ser protegidas de inundaciones y seísmos, de manifestaciones de violencia, envidia y negligencia descontrolada. Algunos fanáticos han descabezado estatuas y la contaminación industrial de nuestra era ha borrado los rostros de las figuras de mármol de la antigüedad. Príncipes egoístas, tanto seglares como eclesiásticos, y empresarios ávidos de lucro han sometido a los artistas a sus caprichos, y los criterios cada vez más restringidos de belleza, corrección y elegancia entorpecen continuamente la aceptación de iniciativas innovadoras. Pese a todo ello, nunca se ha puesto en duda que el arte como tal sea un componente indispensable de la naturaleza y del comportamiento del ser humano, y así lo demuestra el que haya sobrevivido en las sociedades de toda índole, en las prisiones y en las islas de náufragos. El único motivo justificado de preocupación surge cuando se cuestiona y se pone en peligro la existencia del arte como entidad independiente.