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Cine y percepción de lo real
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Cine y percepción de lo real
AÑO
2010
PAÍS DE ORIGEN
Buenos Aires, Argentina
EDITORIAL O ENTIDAD EDITORA
Las Cuarenta
PÁGINAS
106
DONACIÓN
Edgardo Gutiérrez, en nombre del proyecto de investigación "Cruces entre cine y literatura latinoamericana. Aproximaciones teóricas y filosóficas"
INCORPORADO AL CATÁLOGO
20.12.2019
CONSULTAS
50

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El cine, a partir de su anacronización social, deviene pensamiento particular de lo particular. No se trata de que la filosofía salga en apoyo del cine, como si todavía hiciera falta justificar la seriedad de su existencia, sino de que el cine salga en apoyo de la filosofía. Es él el que le trazaría un camino posible a la filosofía contemporánea.

Ese es, felizmente, el punto de vista de Gutiérrez a lo largo de este libro: el cine ha sido capaz de una operación a la que aspiró (y aspira) la filosofía contemporánea. Si el cine pudo pasar, en el curso del siglo XX, del plano como categoría espacial al plano como categoría temporal, ¿podría la filosofía hacer el mismo pasaje? De hecho, ese fue el pasaje que se propuso hacer buena parte de la filosofía contemporánea para salir del encierro del concepto. El concepto (se sabe) es siempre general y conoce de lo diferente lo que el sujeto sabe de antemano. De ese modo, le impone a lo otro lo que debe ser. Pero esa voluntad (o, mejor dicho, ese deseo) de trascender el concepto las distintas filosofías contemporáneas sólo lograron proponerlo al modo de un programa que ellas mismas no podían cumplir.

Ninguna filosofía contemporánea logró hacer el pasaje de la percepción natural, centrada en el sujeto, a la percepción en sí (eso que se llamaba «primacía del objeto» en el léxico materialista iconoclasta, el de un materialismo «sin imágenes») de la Dialéctica negativa de Adorno (un autor que se negó a concederle al cine la condición de arte, aunque ahora sabemos por sus biógrafos cuánto disfrutaba de las películas). El cine, al ser incapaz de negativizar sus materiales por medio de la abstracción o del silencio, fue aquella de las artes que en mejores condiciones estuvo para mostrarle a los filósofos cómo sería un modo de percepción no conceptual (sin que hiciera falta, para eso, amar el cine o saber de cine).


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