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Incluye las obras: La señora bien sentada, Las sombras de San Fernando, Los desperdicios, Maluf, el quieto y El rincón de Teresa.
El arte anticipa, traduce, sintetiza y a veces hasta oscurece las inquietudes, los sentimientos, los sueños, las ambiciones, las frustraciones del ser humano, ya sea solo un individuo o una determinada sociedad. Esta tarea conformó un denominador común a través de los siglos que se expresa según el lenguaje del grupo social que lo gestó. Esa constante es el tema fundamental del hombre: su finitud.
Es corta la vida y no siempre se encuentra su sentido. La trascendencia, cada vez más, se convierte en un inalcanzable horizonte. Cómo romper con una realidad no deseada, cómo encontrar la propia identidad en un mundo ajeno, alienado, globalizado.
El arte del siglo XX y el de lo que va del siglo XXI no permaneció fuera de esta preocupación, probó y prueba cómo expresarla. Así el teatro, en el límite de la literatura, encontró, entre otros, dos vehículos eficaces: el teatro del absurdo y el grotesco.
Alberto Brandi nació en Buenos Aires, Argentina, en 1942. Se recibió de abogado en la UBA. Estudió Bellas Artes en Macalester College en Minnesota, EE.UU. y en la Escuela de Bellas Artes de París. También asistió a numerosos seminarios y talleres de arte y literatura.
En 1972 comenzó a escribir poesía y en 1983 inició su producción dramática. Ha desarrollado en forma paralela sus actividades artísticas y literarias.
Entre 1986/7 hizo la puesta en escena de dos de sus obras de teatro. Entre 1986 y 1998 incursionó en la televisión cultural, y entre 1994 y 2003 participó de la coordinación de Casa de la Cultura, ambas actividades en General Roca, Río Negro, Argentina, donde reside actualmente.
Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. También ha publicado seis de sus libros de poemas y relatos cortos.