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Los orígenes de la literatura pueden rastrearse en los intentos del hombre por comunicarse; luego comienzan a adquirir rasgos distintivos en la tradición oral y en dispersas manifestaciones escritas. Estas nutren la literatura folklórica universal (para una muestra representativa de la misma consúltese el volumen 146 de esta colección), que ha sido objeto de pacientes investigaciones en las últimas décadas.
De ellas surge también la necesidad de prestar atención a inobjetables obras literarias que han abrevado en fuentes folklóricas para de ahí extraer su savia elemental (y esencial). La cadena puede tornarse infinita y desencadenar inagotables discusiones; pero hay obras que permiten un examen más ajustado del planteo: fábulas como las de Fedro o cuentos como los de Boccaccio o las “tradiciones” del peruano Ricardo Palma o también manifestaciones teatrales y poéticas muy precisas. Así, las obras recogidas en este volumen.