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La obra de Arthur Adamov se destaca por el rigor y la nitidez de la línea dramática. Adamov, situado firmemente en el mundo, percibe el espectáculo de la gran soledad de los hombres: nadie espera nada de nadie, nada sirve para nada; el afiebrado enfrentamiento de todos no produce ningún movimiento, ningún desplazamiento de las cosas. Teatro de la soledad pero donde la palabra soledad no llega a pronunciarse; los deseos, los temores de los hombres reducidos al aislamiento no son jamás divulgados. La acción transcurre en una tierra de nadie, al margen del mundo sensible; en ciudades indefinidas y países desconocidos, fuera del tiempo y de la historia y gobernados por extraños códigos sociales. Arthur Adamov nace en Kislovotsk, Cáucaso, en 1908. Estudia en Ginebra y en 1924 llega a París participando del movimiento surrealista. Durante la guerra, bajo el régimen de Vichy, es internado en un campo de concentración. Sobrevenida la liberación, comienza a escribir obras de teatro. Ha publicado los siguientes libros: La confesión, 1946; La parodia y la invasión, 1950; Paolo Paoli, 1957; Teatro de sociedad, 1958; Las almas muertas, adaptación de la novela de Gogol, 1960, y La primavera 71, 1961. Es traductor de Gorki y de Chéjov. Teatro I de Adamov fue publicado por la Editorial Losada en 1961, lanzamos ahora Teatro II. En las piezas que forman este volumen, especialmente en El ping-pong, el autor se separa un tanto de las visiones oníricas y simbólicas para manifestar una intención de crítica social y política.