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Estas obras fueron escritas en un período comprendido entre noviembre de 1980 y junio de 1983.
Real envido (1980) intenta visualizar, a través de una farsa, la presunción, la codicia y la cruel tontería del poder totalitario. Por supuesto, no sólo presunción, codicia y tontería lo caracterizan; parece inevitable que todo poder totalitario desarrolle un aspecto donde el “solemne ridículo” y la corrupción se unan a transgresiones más graves y dolorosas.
Con La malasangre (1981) quise contar una historia que transitara esa zona donde el poder omnímodo fracasa siempre si los vencidos lo enfrentan con coraje y dignidad, si se asumen en el orgullo y en la elección.
Del sol naciente (1983), estampa japonesa como la puede imaginar una argentina, habla de guerreros y de las víctimas de la guerra. Sabemos que los guerreros tienen un lugar conquistado por la espada, ¿pero cuál es el lugar de nuestros muertos? ¿En qué sitio de la memoria colocarlos que no nos hagan avergonzar de su muerte?
Las tres obras se refieren a circunstancias que a todos nos tocó vivir, aunque las fábulas pasen en otros tiempos y dos de ellas en geografías extrañas. Pero la dramaturgia, y el teatro, permiten usar cualquier ropaje para hacer “visible lo invisible”, disfrazan la realidad sólo para desnudarla.
Ediciones de la Flor inicia con este volumen la publicación de mis obras de teatro. Yo me congratulo de que haya elegido para este primer volumen las últimas escritas y estrenadas, no porque abra juicio crítico sobre las mismas, sino porque son las obras que siento más próximas en la escritura y el tiempo.
Griselda Gambaro