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Parte del Proyecto “Biblioteca de Dramaturgos de Provincias” – Difusión de obras inéditas. Dirigido por la Dra. Julia Lavatelli.
Tata Dios
Raúl Echegaray nos ofrece su visión en veinticinco escenas sobre los trágicos hechos sucedidos en Tandil en 1872.
La obra transcurre en varios espacios del partido de Tandil: el despacho del Juez de Paz, el rancho de Tata Dios, el cementerio, un descampado, el interior de un rancho cualquiera. Cuenta la historia del curandero Gerónimo de Solané, desde su llegada a la estancia de Ramón Gómez para curar de una terrible jaqueca a su esposa. Solané, más conocido como Tata Dios, comienza a tener una gran popularidad entre los gauchos y pobres de la zona. La popularidad del curandero lo enfrenta a los intereses de los más poderosos, que consiguen, bajo amenaza de cárcel y muerte, hacerse de los servicios de Jacinto, su ayudante. Jacinto encabezará la matanza de más de cuarenta “gringos”, fingiendo actuar bajo los mandatos de su maestro. Desde el despacho del Juez de Paz, Ramón Santamarina, Marcel Laplacette y el alcalde Teófilo Urraco dan forma a la cacería de los asesinos. Las fuerzas de la Guardia Nacional dan muerte a todos los gauchos matadores, y capturan al supuesto responsable instigador de la matanza. Ya casi al final de la obra, mientras los representantes de la milicia, la Iglesia, la ley y el poder económico juegan un partido de truco, Tata Dios es asesinado en su celda. La última escena presenta una fiesta con valses y champagne que no se ve truncada por la aparición de todos los muertos de la historia. Se ha terminado el tiempo de los indios y los gauchos alzados, comienza el tiempo de los Santamarina, de los Fugl y Machado, de la masonería y las logias. La fiesta continúa. Aquí no ha pasado nada.
El dotor a lonjazos
Antes del comienzo de la acción, una murga anuncia la presentación de El dotor a lonjazos.
Luego de una discusión, el paisano Remigio le aplica algunos golpes de rebenque a Martina, su china, y ella se promete vengar la paliza recibida. Así comienza esta versión criolla, telúrica de El médico a palos de Molière.
Martina convence a los servidores del estanciero Don Prudencio de que Remigio es un gran doctor, ideal para curar los males de su hija Tomasita; sólo que hay que darle palizas para que no niegue sus habilidades curativas. En su estancia, Don Prudencio no acepta que la cura para los males de Tomasita es un hombre, que Benicio es su enamorado y con eso todo se solucionaría.
Siguiendo las indicaciones de Martina, Cisneros y Segundo “lo convencen” a golpes a Remigio y lo llevan a la estancia de Don Prudencio. Frente a la mudez de Tomasita, Remigio ve que de cualquier forma terminará molido a golpes. Es entonces cuando aparece Benicio, a quien Remigio hará pasar por boticario y cuya presencia “curará” a Tomasita. El engaño casi le cuesta la vida a Remigio, pero Don Prudencio terminará aceptando el amor de su hija por Benicio y perdonando al falso doctor. Anunciada la fiesta de casamiento, todos terminan bailando una ranchera e invitando al público a sumarse al festejo.