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Constantin Stanislavsky (1863-1938) nació en Moscú en el seno de una familia de importantes industriales textiles, que reúnen editores, artistas, músicos y actores a su alrededor. Muy joven, Constantin descubrió el teatro y la música. Su sed de conocimiento artístico lo llevó a la escuela de canto y luego a la escuela de teatro de Moscú. Pero fue mucho más tarde, luego de años de dirigir y actuar en el Teatro de Arte de Moscú, cuando fraguaron sus conocimientos del arte de la escena en un compendio que dio en llamar Preparación del Actor y con el que sentó las bases de su escuela dramática.
Tuvo la inmensa inteligencia social en su camino Antón Chéjov, el genial y prolífico autor, entre otros, de La Gaviota, Tres Hermanos, Tío Vania, El jardín de los cerezos, algunos de los grandes hitos que el Teatro de Arte puso en escena. En ese sentido, la rica correspondencia que mantuvieron puede leerse en Cartas, de Antón Chéjov, editadas por Leviatán. Stanislavski, agudo conocedor de su época y su música, reconoció un único discípulo en Meyerhold, que dio un paso hacia la abstracción y el arte conceptual.
Preparación del Actor reúne, a modo de ameno relato, las búsquedas de este agudo artista, narrador de su época, régisseur y maestro de actores. Sus investigaciones enriquecieron el arte de la escena creando una “gramática” del actor, firme paradigna paradigma contra el que las sucesivas vanguardias pudieron combatir sin derrotarlo nunca.