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Ocaña, el fuego infinito
Disponible en sala
en acceso abierto | Sala Raúl Echegaray
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Ocaña, el fuego infinito
AÑO
1989
PAÍS DE ORIGEN
Madrid, España
EDITORIAL O ENTIDAD EDITORA
El Público - Centro de Documentación Teatral del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, Ministerio de Cultura
PÁGINAS
142
IDIOMA
Español
INCORPORADO AL CATÁLOGO
07.08.2019
CONSULTAS
9

SINOPSIS:

Esta obra ha sido ya estrenada en La Habana, con éxito apoteósico. A su vez, fue galardonada con el premio Calderón de la Barca de 1987.

En 1987, Andrés Ruiz escribe una de sus obras más celebradas, Ocaña, el fuego infinito, basada en la vida del pintor y performer cantillano José Pérez Ocaña, fallecido cuatro años antes. El drama se centra en los últimos días del artista, cuando este vuelve a su pueblo para participar en el desfile de las fiestas patronales. A través del recuerdo, asistimos a la anécdota: su historia de amor con Santiago, su amigo de la infancia, desde su niñez hasta la llegada de ambos a Barcelona. La obra, cargada de simbolismo, folklore andaluz y algunos toques lorquianos –como ocurre también en la producción pictórica de Ocaña– habla del sufrimiento y la represión de aquellos que son diferentes, motivo que ya podíamos rastrear en textos anteriores. Sin embargo, en esta ocasión encontramos mayor introspección en los personajes, un auténtico buceo en las pulsiones humanas: la persistencia del amor, el deseo y la búsqueda de una identidad propia a través de la expresión artística. La figura de José Ocaña encarna esa lucha heroica por la libertad sexual frente a la represión de los códigos morales imperantes. Tanto es así, que termina siendo abrasado por el fuego de la pasión que lleva dentro. El pintor, como el disfraz que acabó costándole la vida, es un “sol” en un mundo plagado de oscurantismo. Ocaña… fue galardonada con el Premio Calderón de la Barca de ese mismo año y fue estrenada en 1994 en el Teatro Nacional de Cuba, dirigida por Nelson Dorr.


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