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Tan sólo tres palabras -Música, Pensamiento, Educación- han servido a Swanwick para sintetizar el contenido esencial de su obra y estimular la atención de un buen lector.
El autor plantea oportunamente el hipotético conflicto entre la teoría y la práctica, entre el pensamiento abstracto y la realización concreta, entre el mundo teórico y el marco de lo operativo. A este propósito escribe que “hacer las cosas sin la guía del pensamiento puede ser inútil y hasta peligroso”. Merece subrayarse el mérito de su valoración de lo teórico dentro de un mundo tal vez excesivamente dominado por la praxis.
El autor aborda en este libro la triple dimensión de la música como:
— lenguaje, como sistema con poder de comunicación;
— dimensión estética;
— medio de comunicación entre los seres humanos en un lenguaje que, hasta cierto punto, es de carácter universal y que, por otro lado, se basa en códigos culturalmente establecidos en cada sociedad.
Esta triple dimensión se plantea también en el Diseño Curricular Base para la enseñanza obligatoria de la música que propone nuestro Ministerio de Educación y Ciencia.
Espero que el planteamiento que hace Swanwick resulte ejemplar y aleccionador para todos aquellos autores españoles dedicados a la pedagogía músical, si aprovechan las posibilidades de la lengua española y saben medir el ámbito real de nuestra cultura, no sólo en el campo de las letras, sino en el de la música, tanto en los aspectos pedagógicos como en los creativos.
Montserrat Sanuy
Extracto de su Prólogo a la edición española