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“Todos mis personajes se parecen porque fui y soy como ellos y, sobre todo, porque mi público era y es así”, dijo alguna vez Luis Sandrini. Él -como Cantinflas, Chaplin, Sordi y Fernandel– fue uno de esos cómicos geniales que aparecen por única vez en un país, sintetizando sus rasgos más característicos. Y si los personajes de Sandrini eran y son como su público, su biografía es también la historia de nuestro teatro, cine, radio y televisión. A lo largo de un año, la actriz Malvina Pastorino, su viuda, y el escritor Hernán Aguilar compartieron interminables días de trabajo, recordando y registrando anécdotas de la vida privada de Luis Sandrini hasta hoy desconocidas por el público: entre otras, el encuentro con Aníbal Troilo; la amistad con Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo; los choques temperamentales con María Félix; su primer matrimonio con Chela Cordero; los tormentosos amores con Tita Merello; la reunión que una vez tuvo lugar entre Tita y Chela; y, como telón de fondo, un dinámico recorrido que parte de aquellos días en que cada barrio tenía su propio teatro y llega hasta la época de las luces, los cables y las cámaras de TV portátiles.