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El teatro que apareció en Francia en el curso de la sexta década del siglo ha adquirido en quince años un público extenso en todo el mundo. Agrupados de manera un tanto burda bajo el nombre de autores de vanguardia o de escritores del absurdo, Beckett, Ionesco, Genet, Adamov siguen siendo individualistas, autores solitarios. Herederos más o menos directos de Antonin Artaud, sólo tienen en común la negra época en que su obra arraiga, y su búsqueda, por medios esencialmente poéticos, de un nuevo realismo teatral. Ningún estudio de conjunto se les había consagrado hasta ahora. Geneviève Serreau, quien participó de cerca en la aventura del Théâtre de Babylone (en el que fue creado Esperando a Godot) conoció obras y autores en los estrenos y siguió su evolución con un interés intenso.
En este libro, puntualiza y desmenuza, a través de las obras de los jóvenes autores, las diversas corrientes del teatro actual francés.