Más resultados...
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), madrileño, descendiente de familia montañesa, educado por los jesuitas primero y luego en Alcalá y Salamanca, realiza una sólida carrera eclesiástica. Como dramaturgo encarna mejor que nadie el contenido de la Contrarreforma escolástica, con su derivación española de sentimiento religioso-intelectual. Angel Valbuena Prat, que ha estudiado detenidamente el teatro calderoniano, traza un paralelo con el de Lope de Vega, cuyos principios escénicos viene a renovar. Vida y obra difieren en ambos escritores. La vida alocada, de vendaval apasionado de Lope, es en Calderón de silencioso recogimiento. La poesía lopesca, espontánea, fácil, popular, es en Calderón trabajada, intelectualizada, doctrinaria. Calderón centra por sí solo todo el ámbito del barroco en la escena: barroquisimo de formas y de concepto. Calderón sabe dar al mito o a la conseja casera de Lope una categoría universal, despersonalizada, de mayor intensidad dramática, aunque de menor frescura lírica.