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• Audiovisual | Teoría

PAÍS DE ORIGEN
Buenos Aires, Argentina

Carlos Hugo Christensen debutó como realizador cinematográfico en 1940 con El inglés de los güesos, según la novela de Benito Lynch. La significación de su obra, especialmente en lo que hace a su apertura a nuevos caminos tanto en lo temático como en lo formal, lo ubica como un verdadero pionero en el área que eligió como forma de expresión artística.

Con Safo, historia de una pasión (1943), dio nacimiento en el cine argentino al melodrama erótico, no exento de verdadera audacia para la época; se animó a nuevos desafíos con El ángel desnudo (1946) y Los pulpos (1948). Más tarde filmó en Chile y hacia 1949 inauguró el sistema de largometrajes en Venezuela. Radicado en Brasil desde 1954, continuó allí su carrera, abarcando -como ya lo había hecho aquí- géneros disímiles.

Y convencido siempre, que la literatura es el basamento más inmediato, sólido y afianzado que tiene el cine. Su filme La intrusa (1980), sobre el cuento homónimo de Jorge Luis Borges, es buena prueba de ello.

Este recorrido por su trayectoria, testimonia la innegable contribución de Carlos Hugo Christensen a la industria y a la historia de la cinematografía sudamericana.