Más resultados...
El veneciano Carlo Goldoni (1707-1793) procede de una familia de burgueses prósperos; estudia con los jesuitas y los dominicos, y entre la profesión médica de su padre y la abogacía, elige esta última carrera, que ejerce con escasa gloria.
Porque su vocación profunda es sin duda el teatro: ya a los nueve años bosqueja una comedia y desde 1734 su labor escénica se vuelve continuada y ascendente (los críticos coinciden en que el de 1748-62 fue su período de mayor esplendor).
Goldoni residió en varias ciudades italianas, para terminar sus días en París y Versalles, siempre ligado a la actividad teatral como director o comediógrafo.
Aparte de las Memorias, algunas poesías y su correspondencia, escribió 212 textos para la escena, de los cuales no son pocos los que aún hoy mantienen intacta su lozanía, su gracia impar. El servidor de dos patrones, La posadera y El abanico, pero también La viuda astuta, La joven honrada, Heredera afortunada, Los enamorados, La casa nueva y otras muchas se cuentan entre ellas.