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El cine es la expresión de una sociedad y de su psicología, el reflejo de su rostro moral y económico. El cine expresionista alemán, producto de un definido momento histórico nace en la postguerra del 18, se nutre con la liquidación del movimiento social, y termina cuando se asienta la dictadura que arrastraría a su pueblo a una cruel destrucción.
Lotte Eisner ofrece al lector un rico estudio de las características de este período y de su relación con el carácter del pueblo alemán. A través del análisis de las expresiones más típicas confrontadas con otros movimientos artísticos afines, la autora nos presenta una visión de conjunto particularmente valiosa y concluye por afirmar que “para los alemanes, ese pueblo de pensadores y poetas, toda manifestación artística se convierte inmediatamente en dogma…”
El cine de este período captó ese mundo particular, forjado por el expresionismo, de luces y sombras violentas, de arquitecturas retorcidas e inquietantes, de personajes que parecen ser producto de no se sabe qué magia o encantamiento maléfico, participantes en una lucha en la que se saben vencidos de antemano.
Lotte Eisner, a través de las páginas de La pantalla diabólica brinda una densa interpretación del espíritu del cine alemán, partiendo del análisis de las películas más importantes. Esta valiosa información representa uno de los capítulos más apasionantes de la Historia del Cine.