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A pesar de haber iniciado, con los presocráticos, la reflexión sobre las distintas cuestiones que hacen al arte y la poética, y de haber definido, ya en 1750, un cuerpo teórico al que Baumgarten denominó Estética, afirmándolo como una rama de la filosofía, Europa no supo aprovechar tan notable ventaja para construir una teoría verdaderamente universal, confrontando sus presupuestos y modelos con los de otros pueblos. Prefirió imponerlos como una teoría ecuménica, que no sirvió para comprender las producciones simbólicas ajenas, sino para oscurecerlas y abolir o devaluar los sentidos que otros pueblos habían creado, tildándolos de “primitivos” o “primeros”, a pesar de que muchos de ellos son herederos de una historia milenaria.
Ante esta obstinación en cerrar las puertas a la diversidad, tan reñida con el espíritu científico, a nosotros, el resto del mundo, no nos queda más que elaborar una teoría transcultural de las artes visuales, en la que la Estética no será más que un punto de partida, dado el carácter transdisciplinario de la búsqueda.
En esta obra, el autor no intenta proporcionar un pensamiento alternativo acabado, sino desmontar las piezas de este gran mosaico, señalando las opciones que caben en cada uno de los temas. Estas, al resolverse en el plano de lo estético o de lo artístico, irán definiendo un pensamiento visual independiente, que valorice sus propias prácticas simbólicas.
Cabe destacar que la presente edición de este libro es una versión nueva, escrupulosamente revisada en lo conceptual y ampliada de un modo significativo, con textos que vienen a enriquecer sus parágrafos más centrales.