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Georg Kaiser, la gran figura alemana del expresionismo literario, nació en Magdeburgo, en 1878. Su vida fue muy accidentada y compleja, lo que le deparó un conocimiento profundo de las diversas caras de nuestra época a través de una humanidad varia con la que convivió alternando las vigilias creadoras y los trajines del diario quehacer, a veces con el ritmo afanoso de períodos de aventura. Tal, a título anecdótico, el que vivió en la Argentina, donde estuvo montando fábricas eléctricas como empleado de la A. E. G. Su obra se afirmó y le dió plena notoriedad en los años siguientes a la primera guerra mundial. Al morir, en 1945, dejaba una copiosa producción escénica -más de cuarenta obras- y un prestigio universal que permiten reconocerle como el primer dramaturgo expresionista. Agotada hace tiempo nuestra anterior edición en “La pajarita de papel”, incorporamos ahora a “Gran teatro del mundo” estas tres obras suyas fundamentales, Gas, Un día de octubre y De la mañana a la medianoche, representativas cada una de tres distintos aspectos de su autor: la concentración expresiva del diálogo, el vuelo de la fantasía en el aire de lo trágico y la hondura emotiva infundida a los personajes.