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Las cuatro obras que se reúnen en esta edición, comparten una estructura y una estética que podríamos denominar “de” o “en ruptura”. Esta ruptura es ruptura de la realidad “objetiva” -cotidiana, en que discurre la acción de los personajes a través de los ejes espacio-temporales, lo que es lo mismo que decir ruptura de las reglas de la “racionalidad” o coherencia imaginarias, ruptura del discurso. La irrupción cíclica del juego inocente, juego del lenguaje, juego físico en las acciones, la irrupción del sueño y del olvido, del diálogo sordo -olvido del otro- imponen un subcódigo de la incoherencia, que es negación de la lógica discursiva y pone en crisis la existencia de una situación ficticia/verosímil, negándola y originando la alternancia de dos planos en el discurso poético:
* El plano de la realidad histórica “objetiva” de los personajes, los recuerdos, la cárcel, la revolución, el penÿsamiento político, la dictadura, el fracaso, el horror, la sangre, la muerte, la equivocación, la culpa, el exilio.
* El plano que irrumpe como ruptura de la coherencia ficticia histórica: el juego, el olvido, el sueño, que coloca a los personajes en un tiempo fuera del tiempo y del espacio, en situaciones a-históricas que no responden a regla alguna, sino que se someten a la no-regla del azar: el sueño, el sonambulismo, el juego, el olvido “invierten, aunque sea por un instante, los papeles que el azar, por un lado, como caos o carencia absoluta de orden, y la necesidad, por otro, como norma o regularidad absoluta, desempeñan complementariamente en su contraposición”.
Elena Francés Herrero