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Un lugar común del discurso cotidiano afirma que la omnipresencia de las tecnologías mediáticas en la vida de todos los días tiene un carácter innegable. La ruptura de esta “evidencia” constituye el punto de partida de la propuesta que se desarrolla en estas páginas. La incorporación de los beneficios tecnológicos no es de manera alguna un fenómeno universal, posiblemente porque esos adelantos nunca fueron pensados para estar al alcance de todo el mundo. Esta reflexión inicia un recorrido por la construcción de los distintos campos académicos generados a partir de la progresiva y a la vez acelerada introducción de las conquistas en materia de medios de comunicación. Sin embargo, el autor advierte un riesgo que el trabajo erudito en la comprensión de la problemática comunicacional ha encontrado difícil de eludir: la adopción de una postura paternalista que se traduce en el derecho de asumir, como una certeza, la estupidez de las audiencias, incapaces de discriminar lo que consumen a través de los medios. Como criterio para conjurar esta actitud, el autor nos propone la adopción del criticismo metódico, que es, antes que nada, un objetivo -al que califica de huérfano- para “contribuir a transformar la comunicación pública de un asunto público” y en el que subyace el anhelo de formar una conciencia crítica entre los aspirantes a ser profesionales de los medios de comunicación.
Miguel Ángel Santagada nació en Buenos Aires y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Se doctoró en Filosofía en la Universidad Laval, Québec, Canadá, donde tuvo a su cargo seminarios de posgrado. Es miembro de LANTISS (Laboratoire des nouvelles technologies de l’image, du son et de la scène). Es docente e investigador del Área de Ciencias Sociales en diferentes universidades públicas de la Argentina. Ha conducido varios grupos de investigación sobre problemáticas vinculadas con el arte y las culturas contemporáneas. Sobre estos temas, también diserta regularmente ante foros académicos y sociales del país y del extranjero.