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Ser celoso ¿es un defecto o una virtud? ¿Es posible amar sin celar? ¿Son los celos la más clara evidencia del amor o el producto de una pasión posesiva y potencialmente peligrosa?
Los celos tienen una larga tradición en la literatura occidental, pero, sin duda, Otelo, el moro de Venecia, es quien mejor los representa. William Shakespeare, el dramaturgo por excelencia, tejió a su alrededor una trama consistente de ambiciones, traiciones y venganzas en esta tragedia, puesta en escena por primera vez en Londres, en 1604.
Y, para no olvidar, que celosos hay en todas las épocas y todas las latitudes, un magnífico cuento de Adolfo Bioy Casares, ambientado en Buenos Aires y publicado en 1948.
La lectura de estos textos nos invita a explorar las relaciones entre narrativa y teatro y a reflexionar acerca de los esterotipos de lo femenino y lo masculino en nuestra cultura.