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José Ingenieros nació en Buenos Aires en 1877 y murió en la misma ciudad, en 1925. Médico, catedrático, cultivador de los estudios psiquiátricos, filosóficos y sociológicos, desarrolló una actividad múltiple y fructuosa en todos esos dominios. Sus obras alcanzaron vasta resonancia e influjo en todo el continente americano. Filosóficamente, José Ingenieros fue la cabeza más visible y prestigiosa del positivismo. En esta tendencia su obra recogía por un lado la herencia del positivismo autóctono, iniciado por Alberdi, Sarmiento y Mitre, y por otra el eco de la corriente positivista europea, especialmente de Spencer y Comte. “Ingenieros se oponía -escribe Ferrater Mora-, en nombre de la ciencia positiva, a toda metafísica y concebía la filosofía pura y simplemente como una síntesis de los resultados de la ciencia, o bien como una hipótesis ulteriormente rectificable sobre el campo de los hechos positivos”.