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Este libro es fruto de la experiencia que la autora fue adquiriendo en el trabajo como compositora y con las clases de música para teatro y de composición que dictó mediante talleres por el país. En ambas experiencias pudo constatar que la formación de un actor y sus necesidades varían según el lugar. El teatro y la música dependen del entorno, la densidad de población, la información, la economía, la arquitectura, el clima, las costumbres, los estímulos, la geografía y las variaciones idiomáticas. la relación con la ficción varía desde el noroeste argentino a la Patagonia. Confirmó que la mirada cultural centralizada y simplificadora de Buenos Aires condiciona la mirada de las otras provincias en el criterio de qué es necesario para la formación, qué es teatro, qué es expresividad y qué es creatividad. Así mismo constató su omnipresencia, su absoluta lejanía, su influencia y su absoluta ignorancia.
Carmen Baliero es compositora. Nació en Buenos Aires. Siendo niña ingresó al Collegium Musicum. Luego se formó con Lucía Maranca, gran música y docente, quien la llevó por el camino del piano y de la música contemporánea. Con ella, conoció a Arnold Schöenberg, Juan Carlos Paz, Bartok y otros compositores que la estimularon a seguir el derrotero.
El paso por la Universidad de La Plata, en la carrera de composición, la hizo conocer a Mariano Etkin, Gerardo Gandini, Sergio Hualpa. Trabaja tanto en el campo de la música popular como en la experimental. Compuso música de teatro para numerosas obras.
Entre sus últimas producciones pueden citarse, la dirección del monólogo Molly Bloom, de Ulises de James Joyce, interpretado por Cristina Banegas (2011); la composición de la música de la obra Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal, dirigida por Pompeyo Audivert (2011); El jardín de los cerezos de Antón Chéjov dirigida por Helena Tritek (2014) y el concierto Centésimas del Alma, musicalización de esa obra de Violeta Parra (2012) sobre el cual grabó un CD que aparecerá próximamente en el sello Acqua Records.