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Cuando usted, amigo lector, se aventure en este Drama Teatral, se encontrará -sin dudas- con una historia en la que -como a mí me gusta decir- la realidad en realidad será la más maravillosa de las fantasías. Lo invito a que comparta este capricho de mis duendes. Juan de la luz (y de las sombras) fue concebida para el teatro, pero no por ello puede transformarse en una historia para ser leída con los ojos de la imaginación. Premio Anual Fray Mocho 2001, en el rubro teatro, esta obra merece un poco de su tiempo. Y por las dudas -o por las certezas- agradezco que me incorpore a su biblioteca.
Claudio Lencina