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Este libro ha sido concebido con el propósito de facilitar el estudio del ikebana. La autora no pretende ni mucho menos ser una erudita en esta rama del arte. Iniciada en su estudio, ha descubierto cuánta profundidad y seriedad se requiere para alcanzar la creación de algo que se acerca a la perfección. Por eso comprende que no se puede improvisar ni crear en poco tiempo lo que en el milenario Japón requiere largos años -la vida toda- de estudio y dedicación.
Al vertir al castellano algunos de los conocimientos adquiridos, desea tan solo facilitar la tarea a las profesoras japonesas que a pesar de su competencia y elevada preparación tropiezan con dificultades idiomáticas que restan calidad a su hermosa misión.
Para ellas, el reconocimiento y la gratitud por haber abierto un nuevo horizonte de belleza.
A todas las entusiastas alumnas argentinas, el aliento para que prosigan con este estudio que ha de engalanar aún más la natural elegancia con que saben adornar su hogar.