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El estudiante contemporáneo de crítica dramática en los Estados Unidos de América, a diferencia de los que hacen su objeto de estudio la poesía o la literatura de ficción, no tiene un fundamento teórico y analítico desarrollo del cual partir. Aparte de una “colección heterogénea de aforismos y rótulos tradicionales”, la crítica dramática tiende a centrarse en una perspectiva discreta basada en el terreno movedizo de la opinión personal.
En busca de un punto de vista más integrado, el Padre Porter, de manera persuasiva, recomienda la vía sugerida por los antropólogos de Cambridge como medio para lograr un enfoque más fundamental de la crítica dramática. Su enfoque relaciona al teatro con el medio cultural en el que se produce y crea una base sobre la cual puede examinarse la estructura dramática y la significación en un contexto unificado.
En la Introducción, el autor examina qué incluye el medio cultural en cuanto se relaciona con el teatro. Considera la situación cultural norteamericana inmediata como también la tradición dramática heredada por el dramaturgo de sus predecesores y la herencia de la cultura occidental, “de hecho, todas esas actitudes, ideas y tradiciones que determinan o afectan los valores, proveen estrategias y estructuran las actividades humanas”. Para procurar un escrupuloso análisis de cada uno de los componentes principales del medio cultural, utiliza ejemplos de las obras que posteriormente se estudian en el libro.
En esta obra se combinan las virtudes de un estilo agradable y la claridad de exposición con el análisis erudito. Le será útil a los profesores, estudiantes y público por igual.
Thomas Porter obtuvo sus diplomas de B. A. y M. A. en la Universidad de Loyola, en Chicago (1950, 1954) y su Ph. D., en la Universidad de Carolina del Norte (1965). Es sacerdote jesuita y profesor asistente de inglés en la Universidad de Detroit.