Más resultados...
En esta segunda parte de la obra, Lowenfeld brinda una interesante y útil exposición sobre “la crisis de la adolescencia tal como se observa en la actividad creadora”, haciendo una discriminación entre la personalidad del tipo háptico y la del tipo visual.
Digno de llamar la atención es el capítulo en el que analiza “a los niños bien dotados” y muy especialmente el capítulo que abarca los “aspectos terapéuticos de la creación artística”, dando las etapas generales de una terapia fundada en la educación, a lo que añade el estudio de las actividades creadoras de los niños y adolescentes que sufren deficiencia visual, del ciego, del sordo, del defectuoso en el habla, del mudo, de las personas con deficiencias mentales y las que presentan defecto físicos.
El procedimiento común utilizado es la aplicación del trabajo de creación en cualquier clase de deficiencia, reconociendo la existencia de un aislamiento del sujeto del medio. Gracias a la experiencia artística, el individuo se identifica con su medio, lo que puede sacarlo de su aislamiento para convertirlo en un ser útil. En ninguna otra circunstancia puede mostrarse mejor el efecto de integración producido por las experiencias estéticas que en los que padecen deficiencias, así lo demuestra acabadamente el autor de esta obra singular.