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Hace cinco siglos, se escribió en Italia el primer libro sobre este tema; ahora Siqueiros ha escrito el segundo. Hasta la fecha, sólo esporádicos y superficiales tratados se habían impreso dedicados al muralismo y a los pequeños y grandes problemas que presenta esta trascendental rama de la gran pintura.
Ese largo silencio sobre el tema ha sido tal vez originado por la falta de una orientación concreta que definiese el muralismo en sus justas proporciones y significación. Si bien esa pintura ha estado siempre presente en la creación artística de todos los tiempos, hay que convenir con que desde el Renacimiento sólo se ha expresado en una simple función y propósito decorativos.
Han sido los grandes pintores contemporáneos mexicanos quienes han concedido al muralismo de nuestros días una nueva razón de ser, quienes le han vinculado un argumento como lo tiene la pintura mural arraigada por mérito propio en historia del arte. Pero, esta nueva expresión, ¿de dónde parte? ¿qué cosa la posibilita? ¿en qué se funda espiritual y técnicamente?
Preguntas angustiosas que el arte contemporáneo se plantea a menudo y que, hasta este momento, nadie ha contestado con autoridad. Siqueiros lo hace en este libro valiéndose de experiencias personales, de todo el contingente teórico que aporta al apasionante renacimiento muralista, revelando aspectos técnicos jamás publicados.
Nadie mejor que Siqueiros para proponer y resolver sobre esos problemas. Su larga y consistente tradición de muralista y de renovador le convierte en el artista más idóneo para fijar en la bibliografía de arte el segundo escalón sobre la materia, cinco siglos después de que el Renacimiento italiano fijara el primero al opinar acerca del mismo problema artístico.