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La primera película en adaptar oficialmente al cine la novela de Bram Stoker es un clásico. La dirección de Browning, la fotografía de Karl Freund y la interpretación de Béla Lugosi marcarían el camino a seguir para las versiones futuras.
El conde Drácula (Béla Lugosi) abandona los Cárpatos y se traslada a Occidente, llevándose como sirviente a un contable (Dwight Frye). Una vez instalado, se enamora de una joven que ya está prometida. Empieza a a visitarla por las noches y va bebiendo su sangre poco a poco para convertirla así en su esposa. Pero el malestar que sufre la joven alerta a su familia, que busca la ayuda del doctor Van Helsing (Edward Van Sloan).