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Luigi Pirandello nació en Sicilia, Italia, en 1867. Empezó a escribir obras teatrales sólo cuando ya se había consagrado como novelista. No tardó en afirmarse como uno de los temperamentos más geniales y originales de los tiempos modernos, obteniendo tal fama que llegó a rivalizar con la de Bernard Shaw.
Su obra dramática es hoy bien conocida y representada en el mundo entero, siempre con éxito y dando siempre lugar a discusiones y controversias. Es que en ella se mezclan, con gran maestría, la sutileza, la originalidad, la ironía, el efecto dramático, la realidad y la fantasía.
Escéptico en cuanto al teatro realista, sin dejar por ello de criticar con toda dureza a la sociedad actual y la personalidad fija que impone a sus individuos, su teatro representa la tragedia humana con toda la fuerza de su espíritu creador. Con este espíritu analiza, a veces cruelmente; pero es la suya la crueldad del creyente que se examina con toda sinceridad.
Entre sus numerosas obras teatrales se cuentan: Il piacere dell’onestá (1914), Il Berreto a sonagli (1915), Liola (1917), Cosi é (se vi pare) (1918), Tutto per bene (1920), Sei personaggi in cerca d’autore (1921), Vita che ti diedi (1923), Ciascuno a suo modo (1924), Vestire gli ignudi (1922), Lazzaro (1929) y otras muchas.
Enrico IV (1922) es una de las piezas, con Seis personajes en busca de autor, que más resonancia alcanzaron. De la trama de ésta como de otras de sus obras, baste decir que son típicas de su autor, a quien pertenecen estas palabras: “Preguntad al poeta cuál es el espectáculo más triste y os responderá: La risa en el rostro de un hombre. Quien se ríe no se da cuenta”.