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La peste es y será por mucho tiempo la novela más importante que se haya escrito en Francia después de la Segunda Gran Guerra. El contenido moral de esta novela, en vez de ser desarrollado en forma teórica, se manifiesta intuido de golpe en un símbolo: una epidemia de peste en la ciudad de Orán representa una era de tortura y de muerte en el mundo. Y está de más decir que el fondo y la forma de la novela se corresponden. Las bellezas y efectos literarios describen admirablemente la atmósfera de la ciudad acosada por la peste y el denuedo de los hombres que juegan su vida para salvarla de un virus tan atroz.
El libro afecta la forma de un relato que se ciñe a los hechos de un momento dado; sin embargo, prevalece en él el recuerdo de un universo existente antes y después de tales hechos, un universo corpóreo, tan sustancioso de realidad como los mejores de las grandes novelas antiguas.