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El ambiente de El mundo es lo que es es la gran residencia campestre de un joven industrial. Uno de sus huéspedes, profesor de filosofía desocupado, inventa para pasar el tiempo un juego al que llama “terapia del lenguaje”: considera que todos los idiomas están enfermos en distinto grado y que la cura consiste en eliminar las palabras infectadas. Es un juego, desde luego, pero esconde una cuestión muy seria, que también podría formularse de otro modo: ¿Hay que cambiar el mundo, o no? Y si debe cambiárselo ¿hay que hacerlo cambiando las palabras o las cosas? Según Marx, la filosofía debería actuar sobre el lenguaje. El mundo es lo que es enfrenta ambos puntos de vista y, hasta cierto punto, los concilia.
La entrevista es una comedia en un acto cuyo tema no es fundamentalmente demasiado distinto del anterior. Un enviado especial de la Luna entrevista al Ministro de Propaganda de un imaginario estado dictatorial de la Tierra. El Ministro expone detalladamente los asuntos de su gobierno. Escrita para un teatro experimental romano, La entrevista es casi un apólogo dando las formas más modernas de teatro se reencuentran con las originales.