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¡Alto pibe! es la orden de detención que la policía grita a los niños y adolescentes. Desde uno de los tantos barrios marginales que rodean Buenos Aires dos chicos, Joni tiene trece años y Joaquín diecisiete, cuentan su historia. Cada día de sus vidas es un salto al vacío. No juegan a morir, la muerte le pisa los talones como al 60% de la infancia sumergida en la pobreza que vive en Argentina. Hablan, se filman, cuentan las historias de sus familias, de su desarraigo. Se refugian en una casa tomada. Sueñan, desean y se imaginan otra historia que no los condene. Las balas silban. Joni y Joaquín las vienen esquivando, inventándose recursos de sobrevivencia.
Otros chicos no lo lograron, son las víctimas del gatillo fácil y los escuadrones de la muerte. Sus madres abren sus corazones en cada testimonio. Ellas siguen el camino de otras madres, “las locas” que salieron a la calle a pedir justicia por sus hijos en medio del terror y el silencio. A estas madres cuando reclaman recorriendo comisarías y juzgados no las llaman “locas”, sino negras ignorantes.
Mientras desde algunos sectores se demanda bajar la edad de imputabilidad, quienes las acompañan en su búsqueda de justicia revelan el entramado de la venta de seguridad privada, de la corrupción y la violencia enquistada en los institutos de menores. ¡Alto pibe! es un documental que rescata el valor prioritario: la vida.