Las Cátedras “Educación de la voz” I, II y III de la Carrera de Teatro presentaron, el martes 22 de noviembre desde las 20:30hs, una muestra colectiva llamada ¿dónde está ese lugar al que todos llaman cielo?, inspirada en el espacio núbico, una creación original de la artista Mireya Baglietto. Acompañada de la música y las letras de Luis Alberto Spinetta, en el marco del Programa Universo de las artes y las letras, edición 2017. 

A partir del espacio intervenido con gasa y telas de diversas texturas y colores, que colgaban del techo/cielo,  se invitó a los participantes a recorrerlo con un espejo sostenido a la altura de los ojos, enfocado hacia arriba, provocando una sensación ingravidez virtual. Ese recorrido fue acompañado por estímulos sonoros inspirados en las creaciones de Spinetta, como canciones a cargo de los estudiantes de 1er. año e indagaciones vocales susurradas en los oídos de los participantes, a cargo de estudiantes de 2do. año. 

Una experiencia que invitó a habilitar los sentidos e involucrarse con el espacio de una forma particular, en donde el espejo fue la llave para cambiar la perspectiva, en el modo de ver y de reconocerse entre los diversos estímulos. Una actividad artística que permitió expandir la percepción en un contexto donde todo parecía inesperado. Pero cuando ese extrañamiento era registrado por el cuerpo, se incorporaba y se transformaba en pensamientos conectados o desconectados, como un sueño pero con los ojos bien abiertos.

Como parte de la intervención, se presentó en el aula-estudio una propuesta de “Teatro a oscuras”, a cargo de los estudiantes de 3er. año, que amplió la mirada en un espacio donde primaba la oscuridad. Una invitación a sentir qué se siente en un contexto donde la luz se fugaba efímeramente y se estimulaban otros sentidos a partir de los sonidos, el canto y los movimientos que se percibían sin verlos. 

A modo de cierre, los integrantes de  la murga del Centro Social y Cultural La Vía interpretaron canciones de Spinetta, adaptando su ritmo y entonación, y el público presente retomó el recorrido con el espejo, vivenciando nuevamente ese espacio que ya se había vuelto familiar. 

El momento cúlmine fue un canto colectivo de las reconocidas canciones, “Un jardín de gente” y “Plegaria para un niño dormido”. Luego el agradecimiento a todos los estudiantes, los docentes, a Carlos López que ambientó el espacio con la colaboración de trabajadores no docentes de la Facultad y a las artistas que brindaron música en vivo. Una actividad que potenció la imaginación y regaló un momento mágico. 

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